Se han escrito libros, se ha debatido en foros y redes sociales, hemos decidido dedicar un artículo a "los más pequeños" y resumir algunos consejos basados en 11 años de experiencia con niños de todas las edades a bordo.
¿Niños a bordo? Obviamente SÍ. En primer lugar, hay que decir que los niños pueden subir a bordo aunque "todavía estén en su contenedor". Si el embarazo va bien y no sufre demasiadas náuseas, la navegación no es una contraindicación. Si los espacios no son demasiado estrechos (porque obviamente no eres tú la que eres demasiado grande, sino que son los espacios los que han encogido) todo es posible, sólo hay que tener cuidado de no excederse con movimientos arriesgados y navegaciones agotadoras .
Incluso si eres tan grande como una sandía y apenas puedes pasar por las puertas, pero no quieres abandonar el barco, es una buena oportunidad para tumbarte y holgazanear todo el día y dejarte servir y venerar por tu capitán... pero, en cuanto se dé cuenta de que al final no falta energía y entusiasmo... ¡Entonces te pondrá a trabajar inmediatamente!
Una vez nacidos los bebés, ¿por qué privarnos de lo que es vital para nosotros: el mar, el viento y el velero? Hay muchas razones por las que creemos que es importante que los niños no se pierdan esta maravillosa experiencia. En primer lugar, intentamos que nuestros hijos y todos los niños que vienen a bordo con nosotros respiren esa sensación visceral, ilimitada, inmensa que se llama: LIBERTAD. No importa si son bebés o niños mayores, esta sensación se puede saborear a todas las edades y será el mejor recuerdo que llevarán dentro después de unas vacaciones en el mar ¡y no en el mar!
Cuando hablamos de niños a bordo solemos leer en los ojos de madres, abuelos o padres súper aprensivos, terror, como si en sus cabezas aparecieran escenas apocalípticas de niños caídos al agua y devorados por tiburones. Afortunadamente, no es así, nunca nos ha ocurrido tener que recuperar a un niño que se ha caído al mar, pero sí a amigos. La seguridad es lo primero, pero también hay otros aspectos que no se deben descuidar y que suelen venir de las preguntas de los niños que suben a bordo con nosotros por primera vez como: "¿podemos comer en el barco? ¿cómo dormimos? y ¿qué hacemos?".
He aquí algunos consejos que hemos resumido tras 11 años con niños a bordo.
Seguridad a bordo
LA RED: Ciertamente para muchos es poco vistosa, para otros es incómoda en maniobras, para los que la atan es un susto infernal (ese soy YO), pero sin duda es un buen elemento disuasorio para no liar nada en el mar, niños incluidos.
ARNÉS: Si no se dispone de una bañera bien resguardada, como en nuestro primer barco, lo mejor para que los niños deambulen seguros es un arnés con una larga cincha que lo siga y recorra las líneas de vida.
AUTOINFLABLE: cuando la navegación es más intensa, mar gruesa y viento desafiante, siempre hemos optado por chalecos autoinflables. Para ellos son un poco molestos, es una dotación que no debe faltar NUNCA.
Artículos imprescindibles
PEQUEÑA SILLA DE CUBIERTA: siempre es un acierto: plegable, ligera y lavable. Nina, se embarcó por primera vez a los 4 meses, navegó durante dos meses entre Córcega y Cerdeña; mientras navegaba estaba dentro de ella y se pasaba el tiempo jugando con lo que encontraba a su alrededor, o simplemente contemplando el mar.
BABY SLING: Usamos dos tipos diferentes: el clásico Baby Bjiorn para cuando eran más pequeños y luego cambiamos al Ergo baby, que usamos hasta sus 3 años; envolvente y cómodo en el asiento, nada voluminoso y 100% algodón. Lo usamos tanto en navegación como para bajar a tierra a hacer excursiones.
SILLA DE PASEO: Si la disposición del barco lo permite, la silla de paseo también es una alternativa válida para llevar al pequeño, ¡¡¡no en navegación y con el freno!!! Sin embargo, los que tienen cierre de paraguas y ultraligeros son muy cómodos, a menudo son fáciles en un armario o atado a la popa o ulle líneas de vida.
TRONA: Una cosa interesante que hemos adoptado de momento, es la clásica trona de plástico de Ikea, la hemos pegado a la cornamusa o en todo caso atado de alguna manera. Práctico y funcional.
"PISCINA": Mientras sean pequeños siempre es útil llevar una piscina hinchable a bordo, o incluso el cubo está bien y buena razón además de para divertirse también para refrescar a los niños cuando el calor del verano se hace notar.
CHALECOS SALVAVIDAS Y REPOSABRAZOS Ya sean reposabrazos o chalecos salvavidas, trajes de pantalón o los clásicos donuts, estos objetos no pueden faltar y a menudo los reposabrazos son un extra de seguridad en la navegación como alternativa al hinchable.
...Pero la verdadera revolución para nosotros fue el legendario BUMBOO. Un asiento sencillo, práctico, económico, lavable, es decir, prácticamente perfecto: ¡de goma! Nuestros tres hijos utilizaron el legendario Bumboo, útil en casa pero imprescindible a bordo. Pusimos a los niños ahí en cuanto empezaron a sentarse solos y desde ahí no lo soltaron hasta que no les cabían los muslos. Este soporte está en todas partes, los niños solos no pueden salir, pero están cómodamente sentados y son independientes.
Contraseña: sombra
En un barco, la exposición a los rayos del sol es prácticamente inevitable, gafas, crema, gorro y camiseta son imprescindibles, aunque el gorro acabe en el mar a la primera de cambio, las gafas son sólo un estorbo, pero no se puede renunciar a la crema. Lo más importante es tener siempre sombra, sobre todo en las horas de más calor, ya sea un toldo, un pareo o la sombra de las velas, resguardarse del sol en un barco es esencial.
Sara Rossini, Vela Shibumi
La publicación de las imágenes de arriba cuenta con la aprobación de Sara Rossini