¿Cómo se come y se duerme cuando se está en un barco?
Seguir las necesidades de tu cuerpo y no las que dicta el reloj social, tiene enormes beneficios. A bordo se come cuando se tiene hambre y se duerme cuando se tiene sueño, ésta es nuestra filosofía. Salvo condiciones particulares de navegación, no se dice que el almuerzo sea siempre a las horas convencionales, no se dice que la cena no sea un largo aperitivo o un almuerzo que se convierte en merienda. Sea como sea en el barco se come casi siempre. Solemos intentar ser estrictos y comer sentados a la mesa, ¡pero lo bonito de unas vacaciones en barco es también romper las reglas!
El mar es una cuna natural, el balanceo del barco y los sonidos de la naturaleza, como enseñan las mejores recopilaciones new age, son una buena ayuda para disfrutar de la relajación y sumergirse en los brazos de Morfeo. Cuando los niños eran pequeños siempre preferíamos que durmieran junto a nosotros en nuestra cama, luego al crecer optaron por elegir su camarote y hacer de éste su guarida, convirtiéndose de hecho en un refugio tanto de día como de noche. A menudo, en las travesías largas se duermen siestas, encontrando cómodo incluso un saco de velas, o una defensa de barco como almohada.
¿Puedo conducir el barco?
El deseo indiscutible de todo niño en un barco es poder "conducirlo". A bordo no sólo se puede CONDUCIR el barco, sino que los más pequeños pueden hacer muchas otras cosas en función de sus capacidades y edad. También hemos aprovechado a menudo su pequeño tamaño, por ejemplo para meterlos en el cofre de popa para recuperar un destornillador o izarlos a lo alto del mástil para desenganchar un cabo, sus manos pequeñas y ágiles son siempre de gran ayuda. Luego, a medida que crecían, empezamos a darles más poder: Iago por ejemplo empezó a los 8 años a ayudar en los amarres, primero con el cabo, ahora si hace falta sube en el tender y endereza la proa o trae a la tripulación a tierra, además con sus pequeños músculos empieza a dar una seria ayuda en el ajuste de las velas.. y ¡hasta Nina se ocupa en esto!
Luego está Timo que, aunque en realidad no hace nada con su cabestrante y una cuerda siempre en la mano, ¡está convencido de que puede hacer más que nadie!
¡Está prohibido aburrirse!
El miedo de todos es que los niños puedan aburrirse. Después de superar el obstáculo "¿pero y si acaba en el mar?", después de darse cuenta de que se come y se duerme en el barco, surge la pregunta inevitable: ¿qué se hace en un barco todo el día? Partimos de la base de que el aburrimiento no siempre es una nota negativa, un poco de aburrimiento sano nunca ha hecho daño a nadie y entonces sabemos que la creatividad surge de ahí. Cuando veo a mis hijos "con la cabeza en las nubes" no creo que estén aburridos sino que sé que de ese momento, que parece vacío, pronto brotará alguna idea brillante, alguna historia nueva o algún pensamiento que les está haciendo crecer.
¿Qué hacemos a bordo?
Mantener a los bebés ocupados es muy sencillo... ¡mientras sean bebés!
En primer lugar, duermen mucho durante el día, así que basta con ponerlos cómodos y a la sombra para que el balanceo haga el resto. Cuando se despiertan se lo inventan todo, juguetes por todas partes, exploran el barco gateando como gusanos, la piscina hinchable y mucho más..
Y de todas formas no vives todo el día en el barco, ¡¡¡también vas a tierra!!!
ANIMALES - Basta con girar los ojos 360° para ver una manada de delfines saltar al agua. Puedes mirar desde un muelle y ver una tortuga marina paseando lentamente a tu alrededor. O puede salir del fondo con una estrella de mar..
BUCEO - La competición de buceo es sin duda un clásico atemporal en un barco, pero zambullirse desde una defensa lanzada al aire o saltar desde lo alto de la huelga de delfines son otras muchas variantes que siempre gustan a los niños cuando están en un barco.
VESTIDOS - El plato fuerte en el barco es sin duda el juego de los vestidos. Luchar, salvar princesas y desembarcar en la isla del tesoro es un juego muy emocionante en casa, aún mejor con un barco de verdad a su disposición.
¿Qué más puedo hacer a bordo?
Siempre tenemos la bolsa de juguetes a mano, con nuestros Legos, macetas, muñecas, pero a menudo, encuentro a mis hijos organizando espectáculos de baile-cantantes-actores para representar por la noche en cubierta, con entradas pagadas... luego están las cartas, los juegos de mesa, el ajedrez.
A veces diseñan el yate más grande del mundo...o construyen barcas o columpios con el material reciclado que encuentran en la playa, otras veces sólo tienen que inventar historias con su marioneta favorita o se divierten con tatuajes...y si estás cansado de todo esto un poco de yoga nunca viene mal.
...de todas formas con todo este trabajo por hacer, ¡¡¡siempre hay tiempo para una buena página de deberes!!!
Tecnología
La combinación "Tecnología - Niños" es siempre un tema muy delicado, incluso en un "hogar normal", no sólo en un barco. Siempre nos hemos preguntado: con todas las cosas bonitas que pueden hacer, ¿realmente necesitan tecnología a bordo? Sí, la tecnología es muy útil. Por ejemplo, cuando Iago tenía 1 año y aún no éramos súper expertos en amarres, dejarle el móvil en ese periodo de tiempo necesario para mantenerlo ocupado nos permitió no tener la ansiedad de tener que vigilarlo y ocuparnos mientras tanto también de otras cosas. Más tarde nos debatimos entre poner o no la televisión en el barco y al final nos decidimos por el SÍ. Al crecer los niños han cambiado de hábitos y necesidades, pasado el periodo de siesta después de comer y para alejarlos del calor de las horas centrales, no hemos encontrado nada malo en ponerles un dibujo animado. El tiempo de un dibujo animado les permite a ellos divertirse y a nosotros, los adultos, disfrutar de un poco de merecida paz... ¡y luego un rato en la tableta para largas travesías no le viene mal a nadie! Afortunadamente, los nuestros nunca han sido niños adictos a la tecnología, pero sin duda un poco de tecnología en un barco nunca viene mal. Como todas las cosas cuando se usan sabiamente, no son sólo negativas. ¿Cuándo bajamos a tierra?
Bajar a tierra es una necesidad y un placer para todos, jóvenes y mayores. No sólo se baja a tierra para repostar la despensa y quizá parar en alguna taberna a cenar. Bajamos a tierra porque es agradable estar en el mar, pero también lo es explorar y visitar los lugares donde desembarcamos. Sobre todo, llegas a lugares a los que es imposible acceder desde tierra, ¡y a veces incluso tienes encuentros realmente especiales!
Un día bajamos a tierra para jugar con un cubo, una pala y raquetas o construir una balsa con los amigos, bajamos a tierra para visitar una ciudad, o un yacimiento arqueológico.
Algunos lugares hay que explorarlos porque son misteriosos y están deshabitados, otros son antiguas ruinas de iglesias o pecios varados.
A veces utilizamos barcos abandonados como patio de recreo.
Luego hay cuevas, volcanes, salinas, dunas de piedra pómez, fuentes termales naturales, cascadas en el bosque, fiestas en los pueblos...
Una playa es negra y la otra roja, una tiene arena blanca y fina, la otra se tiñe de rosa, una es de piedras enormes, la otra que parecen migas de pan.
Cada día es un descubrimiento y cada día los niños enriquecen su maleta de recuerdos.
En el barco, sin embargo, no siempre es "todo rosas y flores", hay reglas que respetar con respecto al barco, la naturaleza, los demás y uno mismo.
Además de tener un fuerte espíritu de adaptación, también hay que tener paciencia, porque la naturaleza lo decide todo, hay que ser versátil y estar dispuesto a cambiar de programa.
Tenemos la lista de normas que los niños han elaborado tras pasar varios años en el barco, cada error en el barco puede arruinar un buen momento, ¡así que los castigos están a la vuelta de la esquina!
...¡y el capitán siempre tiene razón, de lo contrario te acaban dando de comer a los tiburones!
Sara Rossini, Vela Shibumi
La publicación de las imágenes de arriba cuenta con la aprobación de Sara Rossini