Mi marido y yo navegamos desde hace más de 20 años, y nuestros perros siempre nos han acompañado, primero un caniche y luego un labrador. Siempre pensamos que los recién llegados a la familia tendrían que adaptarse al estilo de vida que ya había en casa y no al revés. Ciertamente tendríamos que cambiar algunos aspectos, pero no alterar completamente nuestros hábitos porque a la larga sufriríamos. Así que, respetando siempre el tiempo y las necesidades de nuestro perro, preferimos trabajar duro para acostumbrarnos desde el principio a vernos obligados a cambiar nuestros hábitos más adelante.
Desde la excursión de un día, pasando por las vacaciones de verano, hasta el cambio radical de vida que supuso mudarnos a vivir en un barco, nuestros amigos peludos, al ser parte integrante de nuestra familia, siempre han estado a nuestro lado. Pero, ¿cómo lo hicimos? ¿Cómo nos organizamos?
Hay muchos aspectos a tener en cuenta cuando se decide llevar un animal a bordo, pero eso no significa que haya que renunciar también a experimentar buenas emociones con ellos.
En primer lugar, hay que decir que si he establecido una gran relación con mi mascota, me seguirá gustosamente a todas partes. Para acostumbrarlo a la vida a bordo, así como a otras rutinas diarias, siempre será mejor hacerlo cuando aún son cachorros. Pero en cualquier caso, un enfoque gradual y lúdico es siempre una carta ganadora.
Por ejemplo, no todo el mundo sabe que no es un hecho que un perro sepa nadar. Nosotros descubrimos esto y muchas otras informaciones cuando hicimos que nuestro labrador siguiera el curso de la Escuela Italiana de Perros de Rescate. No queríamos que el nuestro se convirtiera en un perro socorrista, pero como el barco iba a convertirse en nuestro hogar, sabíamos que en esta escuela nos enseñarían lo básico para establecer una relación perfecta entre perro, agua y barco. Así que si estás empezando, independientemente de la raza de tu perro, una escuela como ésta es lo que necesitas para poder subir a tu perro a bordo con confianza... Y recuerda que con la enseñanza adecuada cualquier perro puede aprender a nadar o amar el agua.
Consejos prácticos sobre cómo llevar un perro a bordo:
No estoy muy de acuerdo con los que programan los viajes en barco en función de las necesidades del perro, situaciones del tipo: cada 5-6 horas tiene que bajar a hacer sus necesidades, tengo que encontrar una rada donde sea posible bajar con el tender... El riesgo de convertir un viaje en barco o unas vacaciones en una pesadilla, es real. Por cierto, las playas donde se puede desembarcar con el tender...e incluso con el perro, no son tantas. Ciertamente, es más esforzado, pero funcional, acostumbrar al perro a la navegación y a la vida a bordo. Veamos cómo.
Necesidades fisiológicas
El perro reconoce el barco como su casa, y si no hace sus necesidades en casa, tampoco las hará en el barco. Sin embargo, conseguir que se sienta libre para hacerlas a bordo, sin condicionar demasiado nuestros recorridos, es un aspecto clave.
Hay muchas estrategias que puedes utilizar, a continuación te damos algunas sugerencias:
- Paño absorbente: colócalo en un lugar elegido del barco, quizás incluso pruébalo antes en casa, para que reconozca el olor.
PROS - cuando termine lo tiras.
CONTRAS - muy contaminante, se necesitaría un suministro interminable abord, ocupando mucho espacio, y lo más importante es que huele mal incluso cuando está sellado en una bolsa. - Colchonetas sintéticas o césped falso.
PROS - el perro sabe exactamente dónde hacer pis y caca.
CONTRAS - si no están bien hechas, puede resultar difícil colocarlas - Paseo con correa: si el perro asocia la correa con que necesita tiempo, hacerle pasear por la terraza, como si estuviera en el parque, puede ser una buena solución.
PROS: elige el lugar donde se sienta más cómodo. Un cubo de agua y todo limpio en un momento.
CONTRAS - si las condiciones del mar no son las mejores, puede ser complicado. - Macizos de hierba de verdad: algunas personas prueban a poner hierba de verdad donde quieren que el perro haga pis, con la esperanza de que al asociar el olor a hierba-parque-haga pis.
PROS: el olfato del perro es muy potente, así que es posible que asocie ambos olores.
CONTRAS - siempre tengo que tener hierba a bordo.
Nosotros (después de probarlos todos, en vano) decidimos no soltar a nuestro perro del barco hasta que no aguantara más y llegara a la proa. Cuando se liberó después de varias horas, la colmamos de cumplidos y mimos. Ahora ha identificado la proa como "su espacio". Así que, tanto en las excursiones de un día como en las travesías de varios días, sabe que allí puede hacer sus necesidades libremente, ¡es más tranquilo para ella y para nosotros! Para nosotros ha sido la elección ganadora
Seguridad
La mayor preocupación cuando llevamos a nuestro amigo de cuatro patas en un barco es: ¿Qué pasa si se cae al agua?
Como siempre, la seguridad es lo primero.
En primer lugar, el perro debe llevar siempre un arnés, ergonómico y de su tamaño. Esto se debe a que, en caso de que acabe en el agua, subirlo de nuevo a bordo cogiéndolo del arnés es fácil y seguro, ya que de lo contrario, o tienes una tabla o pasarela que entre en el agua, o cogiéndolo por el collar correrías el riesgo de estrangulamiento o de no poder subirlo a bordo. Nosotros, por consejo de los profesores de la escuela, nunca mantenemos al perro atado cuando navegamos, debe estar libre, a menos que las condiciones del mar sean difíciles, en cuyo caso enganchamos su arnés con una cincha a la línea de vida para que se sienta libre de ir y venir con seguridad. También es cierto que algunos perros en cuanto ven agua se zambullen inmediatamente en ella. Así que en la base es bueno tenerlo bien educado para que entre en el agua sólo a la orden, sobre todo si la estancia a bordo no se limita a la excursión del día. Si el perro simplemente es irrefrenable entonces mejor atarlo en la bañera, con un juego corto, esperando que no empiece a ladrar sin parar molestando al vecindario, sobre todo si estás en un puerto deportivo.
Además del arnés, colocamos la red en el puntal. Aunque estéticamente a mucha gente no le guste, la red atada a las dragas sigue siendo una de las mejores soluciones. Una ola inesperada, un resbalón, una carrera o lo que sea 'puede ser una de las causas para que el perro y los niños terminan en el agua, la red es esencial para evitar que esto suceda.
Más consejos de seguridad:
- Si usted tiene un perro y tiene que elegir un barco, tal vez no de la vida, pero sólo para unas cortas vacaciones, elegir un barco que es compatible con su perro. Facilidad para bajar del barco, espacios adecuados para que se mueva y descanse, sombra, una tripulación respetuosa con los animales.
- Subir y bajar de una pasarela no es tan obvio para ellos, la visión del vacío lateral, el ruido que hacen sus patas sobre un material al que no están acostumbrados, e incluso el movimiento de flotar, puede asustar mucho al animal, por eso se recomienda hacer primero "pruebas de pasarela" en tierra... y lo más importante ¡en la pasarela primero voy yo y luego va él!
Baño
Está el perro que se zambulle desde dos metros de altura y el que no quiere ni saber de acercarse. Si su perro es un amante del agua, el baño desde el barco es una obligación, pero incluso en este caso hay que tener precaución. Una vez en el agua, la mayor dificultad es volver a subirlo a bordo; por lo tanto, como ya anticipamos antes: o el barco tiene una bajada adecuada al mar o será más difícil hacerlo. Subimos al perro al tender y desde allí lo subimos al barco cogiéndolo de la escalera, por supuesto siempre sujetándolo por el arnés. Si pensamos que el nado nos va a llevar más tiempo del previsto también podemos hacernos con un arnés flotante que permite al perro nadar con menos esfuerzo y durante más tiempo.
NO olvidemos que un perro mojado pesa más que cuando está seco por lo que el esfuerzo para izarlo a bordo será mayor, sobre todo si es cachorro y aún no ha desarrollado un pelaje repelente al agua.... Se me olvidaba... el pelo mojado del perro apesta... y mucho. Esto hay que tenerlo en cuenta, no por nosotros que le queremos en todos los sentidos, sino por si tuviéramos invitados a bordo. Además, pierde una cantidad de pelo impresionante, y si es negro, como el nuestro, no es muy agradable a la vista en un barco blanco, y luego también te salen pelos en la cama.
Salud
Incluso los perros, afortunadamente no todos, pueden sufrir mareos: consultando con su veterinario, éste podrá recomendarle el anti-náuseas adecuado. También existen remedios naturales, como las flores de Bach. Recomiendo la primera vez subirlo sin ninguna medicación en su organismo y ver cómo reacciona, puede que no necesariamente esté enfermo, puede que sólo tenga algo de somnolencia dada por el balanceo, o algo de nerviosismo, de nuevo dado por el balanceo... al fin y al cabo, tienen la misma reacción que los humanos.
- Se recomienda que dispongan siempre de un lugar seguro, cómodo y, sobre todo, a la sombra: compruebe que está siempre protegido del sol, incluso cuando el barco fondeado "gira" Los perros pueden sufrir un golpe de calor.
- No hay que subestimarlos: pueden quemarse las almohadillas de las patas; puedes protegerlos con crema solar.
- Asegúrate de que siempre tengan agua fresca en abundancia; al igual que nosotros cuando hace calor y viento, beben más y se deshidratan rápidamente.
- Da preferencia a la comida seca, tanto para tener menos desperdicios a bordo como para evitar que se estropee fácilmente con el calor cuando esté en su cuenco. Cierra bien la bolsa porque la humedad puede alterar el sabor de su comida.
- Si se acerca el periodo de "amor" y tu perro no está acostumbrado a llevar pañales, prepárate para pasar el día limpiando porque la sangre es muy difícil de eliminar en la madera.
- En verano, sobre todo, hay que protegerlos con profilácticos antiparasitarios, sobre todo si vas a lugares con muchos mosquitos o en terrenos donde quizá haya ovejas y cabras, la tierra es rica en parásitos.
- Si piensas llevar a tu perro al extranjero, infórmate de la normativa local del estado de destino y de la documentación necesaria. Sobre todo si estás pensando en dar la vuelta al mundo con tu amigo de las patas infórmate muy bien porque cada estado tiene sus propias leyes respecto a la entrada de animales de compañía, a veces muy muy estrictas.
Entretenimiento
Para entretener al perro a bordo mientras navega, no hay muchas soluciones, salvo un sinfín de mimos. Tal vez un juego de su comilona pueda ser útil para amenizar el rato y evitar que lo hagan con las capotas o los adornos de teca. Por eso nos resulta tan útil la función LIVE SHARING de Aqua Map para encontrar, en tiempo real, otros barcos con animales a bordo en la zona en la que estamos navegando. Simplemente seleccionando en el modo "Compartir en vivo" los animales a bordo. Podemos encontrar nuevos compañeros de juegos para nuestros amigos peludos.
Consejos de expertos
Si nuestro perro es un cachorro o ya tiene una edad avanzada, hay consejos que Ferruccio Pilenga, fundador de la Escuela Italiana de Perros de Rescate SICS, nos puede dar tras años de experiencia y miles de perros adiestrados.
- Introducir al perro por primera vez en el medio acuático, ya sea río, lago o mar, en aguas poco profundas y quizás con una temperatura adecuada. En ningún caso desde un muelle.
Evitar entradas al agua donde el fondo sea muy escarpado, ya que el perro, si no supiera nadar se asustaría, consiguiendo el efecto contrario al deseado. - Entre en el agua con el animal y hágase ver tranquilo, sereno, no transmita ansiedad ni agitación, ¡no se les escapa nada! Sobre todo, hazlo de forma juguetona. El perro debe confiar en ti.
- No le obligues a hacer cosas que no le apetecen, respétale y no le insistas o peor aún que no se asuste, correrías el riesgo de hacerle odiar el agua: ¡un perro no olvida!
- Un perro nada como camina, si esta postura en el agua no le resulta natural, es decir, no sabe nadar, se pondrá erguido y se hundirá. El resultado no es más que un gran susto. Acompáñale en este primer paso sujetándole horizontalmente con las manos hasta que coja confianza y nade solo.
- Subir y bajar de una pasarela o tender no es tan obvio para ellos, acostúmbrales a hacerlo primero en tierra.
Sara Rossini, Navegando a Shibumi.